sábado, 7 de enero de 2012

Un nuevo atentado en Siria pone en un brete a la mediación árabe.

SIRIA
Sendos atentados dieron la «bienvenida» en Siria a la misión de observadores árabes. Y otra explosión, esta vez en el abarrotado centro de Damasco, busca decirles adiós. El sangriento atentado, que dejó decenas de muertos y de heridos, coincide con las críticas a los observadores árabes por parte de las potencias occidentales y por el autodenominado y rebelde Ejército Sirio Libre, que había anunciado horas antes una intensificación de su ofensiva contra el régimen.

Una nueva explosión en el centro de Damasco dejó ayer un saldo de al menos 26 muertos y medio centenar de heridos, dos semanas después de sendos atentados en la capital siria que provocaron 44 muertos.
Los ataques del 23 de diciembre contra la Dirección de la Seguridad General y contra una sede del Ejército en el barrio damasceno de Kafar Soussé tuvieron lugar coincidiendo con la llegada a Siria de una delegación que preparó la misión de observadores de la Liga Árabe.

El atentado de ayer se produce en vísperas de que el jefe de la misión de observadores presente su informe en El Cairo.
La explosión tuvo lugar en el Midane, en el casco histórico de la ciudad, concretamente a la altura de un semáforo que estaba en ese momento en rojo y cerca de una escuela.
La televisión mostró imágenes de restos de cadáveres, escombros, charcos de sangre y coches calcinados, lo que da una idea de la potencia de la explosión. El ministro sirio de Interior, Mohamed Shaar, justificó la ausencia de balances de víctimas señalando que «hay decenas de cuerpos mutilados». Shaar aseguró que se trató de un atentado suicida y que el objetivo era un autobús que transportaba a miembros de las fuerzas de seguridad sirias. Los edificios colindantes, entre ellos una comisaría situada a solo diez metros de la explosión, presentaban graves desperfectos. El ministro señaló que la mayoría de las víctimas eran civiles.
Miles de personas se congregaron en una gran manifestación de apoyo al Gobierno en los alrededores, enarbolando banderas sirias, retratos del presidente y coreando proclamas en defensa del régimen.
Damasco imputó a Al-Qaeda el doble atentado, también suicida, de hace dos semanas. La oposición a Bashar al-Assad no dudó en situar detrás de aquellas explosiones a los servicios secretos. Todo apuntaba a una repetición de las versiones. En espera de la reacción oficial de Damasco, los Hermanos Musulmanes, una de las principales fuerzas de oposición siria, volvieron a acusar a los servicios secretos de estar detrás del nuevo ataque. Desde el exilio en Nicosia (Chipre), el portavoz del movimiento islamista Zuheir Salem señaló que «imputamos al régimen, a sus servicios secretos y a sus matones toda la responsabilidad de ese crimen, del que son los únicos posibles beneficiarios». Los Hermanos musulmanes pidieron « una investigación internacional y árabe sobre esta explosión antes que los criminales borren las pruebas».
Esta petición contrasta, en todo caso, con el llamamiento la víspera del autodenominado Ejército Sirio Libre a la misión de observadores árabes para que reconozca su «fracaso» y no vuelva al país. El coronel desertor Riad Assaad, que asegura tener a 40.000 hombres a su mando, pidió la  implicación directa de la ONU «porque los árabes no están capacitados para tomar una decisión sobre Siria».
No fue el único anuncio de esta organización armada rebelde. Doce horas escasas antes del atentado, el número dos del grupo, coronel Malik Kurdi, anunciaba un «cambio cualitativo» en su estrategia, para pasar de «operaciones de defensa de los manifestantes a una ofensiva general contra intereses vitales del régimen». «Tras 10 meses de asesinatos en Siria, el mundo nos mira como si esto fuera una obra de teatro. Las condenas y lamentos no son suficientes», advirtió.

Manifestaciones en pro de internacionalizar el conflicto

A través de Facebook, militantes opositores al régimen de Al-Assad convocaron para ayer, viernes festivo musulmán, manifestaciones para exigir ya abiertamente la intervención internacional en Siria. «Todo el mundo es consciente de los peligros que acechan a nuestra revolución. Pero nosotros no vamos a abdicar y reivindicamos legítimamente una internacionalización de nuestra causa», señalan, en referencia a la transferencia del dossier a la ONU.
Los opositores Observatorio Sirio de Derechos Humanos y Comités Locales de Coordinación informaron de manifestaciones en Duma (región de Damasco), Idleb (noroeste), Hama (centro), Lataquia (noroeste), Alepo (norte), Deir Ezzor (este) y Deraa (sur). Denunciaron la muerte de al  menos 35 personas durante la jornada de protesta de ayer. La oposición siria exige que la Liga Árabe renuncie a su supervisión y asegura que desde la llegada de sus observadores habrían muerto más de 400 personas a consecuencia de la represión. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario