Un bebé de 18 meses que era llevado por su madre en un cochecito, cayó junto a ella en un hoyo que se abrió en el pavimento y fue encontrado muerto, tiempo después en una planta de tratamientos de desechos.
El hecho ocurrió en la ciudad de Bryansk. La mujer identificada como Tatyana Didenko, de 26 años, transportaba a su bebé llamado Kirill en su carrito, el domingo por la tarde en la plaza central de la ciudad, cuando de repente el pavimento cedió.
Ella pudo agarrarse del borde el enorme hoyo que se había formado y luego su marido la ayudó a trepar. Pero el bebé desapareció en la red de tuberías subterráneas.
La mujer encontró en el lugar solo pedazos de la ropa de su pequeño hijo y tras 28 horas de angustia llegó la peor noticia: el cuerpo del bebé fue hallado en una planta de tratamiento de desechos a 6 kilómetros de donde se produjo el accidente.
Aparentemente, el suelo se derrumbó por la explosión de una cañería que transportaba agua caliente. En Rusia es común que por los cambios de temperaturas, las cañerías que transportan agua caliente sufran fisuras, emitiendo vapor. Éste último puede erosionar el pavimento hasta que se produce un colapso.
Los vecinos de la ciudad están indignados y reclaman a las autoridades por la deficiencia en el mantenimiento de las tuberías. Se preguntan cómo es posible que un enorme hueco se forme de repente en la calle, matando a un bebé.
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