Un león, jadeando, resoplando, y con sus fosas nasales dilatadas de rabia, se abalanza con saña, contra una niña de tres años.
Sofía Walker, la pequeña de 3 años, se niega a retroceder, y se queda mirando fijamente al gran felino furioso que se encuentra a solo a unos centímetros de distancia.
El enfrentamiento tuvo lugar, la semana pasada, en el zoológico de Wellington, en Nueva Zelanda.
Afortunadamente para Sofía, se interponía entre ella y Malik, el león de 7 años, un grueso panel de vidrio de seguridad.
El momento increíble fue capturado por la cámara, de Julián, el padre de Sofía Walker.
Pablo Hatton, director del zoológicodijo al New Zealand Herald que “Hubo un par de momentos en los que estaba un poco sorprendido, pero la niña no parecía demasiada preocupada”.
“El vidrio que separa al hombre del animal es de 33 mm de grosor y está compuesto de tres capas separadas que se unen entre sí. Ni siquiera un martillo puede romperlo”.
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